Descripción
Cuando te enfrentes a un episodio emocionalmente doloroso, te surgirán varias formas de enfrentarte a la situación:
Evitarlo, con sus numerosas maneras de huir:
Distracción.
Racionalizar.
Relativizar/Minimizar.
Negarlo, ignorarlo haciendo como si nada estuviera pasando.
Quejarte, no falla.
Exagerarlo victimizándote en exceso (puro drama con tragedia y salto mortal hacia atrás), echando el muerto donde sea.
Afrontarlo.
Las viñetas y palabras que verás son un compendio de esas formas, excepto de la última… ¿Por qué?, quizá porque solo el hecho de que las leas son un claro ejemplo de que, en realidad, tú lo que quieres es afrontarlo pero ni siquiera sabes si es eso lo que estás haciendo o precisamente te has pillado ya en varios viejos trucos del almendruco y te has hartado de tanta tensión interior.
En realidad, todas las conductas que invalidan el dolor suelen ser formas de (pseudo) control ante la aparente inseguridad que sentiríamos si nos quedásemos sintiendo lo que estamos sintiendo. La inseguridad íntima (falta de soberanía por infinitos y complejos factores enredados entre sí), es un pulpo de dieciseis mil patas que va arrinconándote sin querer queriendo y que finalmente es el que parece dirigir lo que llamas ‘tu vida’.
Así pues, que comience la exposición de las conductas más habituales que te encontrarás ‘dentro’ y ‘fuera’ cuando algo llamado ser humano se siente emocionalmente dolido, dañado, lastimado, atormentado, afligido o básicamente llorando en posición fetal en una esquina de su corasao.
Así que adelante, bienvenido a la incisiva observación de las claras o sibilinas FORMAS DE INVALIDAR EL DOLOR EMOCIONAL.
Características
Autoedición. Marzo 2024. 40 páginas.
©DOMMCOBB todos los derechos reservados
Ilustraciones y texto: Ana Belén López García.
Ilustración y diseño de cubierta: ©DOMMCOBB
PROPIEDAD INTELECTUAL;
NÚMERO DE ASIENTO REGISTRAL 08 / 2024 / 206
DEPÓSITO LEGAL MU 720-2024